... durante años, en las oscuras noches de invierno, nocturnos individuos se han arrastrado desde los bosques y cuevas de las montañas para extender el miedo entre los habitantes de los poblados del valle. Desde el lago, unas aún más siniestras criaturas se escurren por el alcantarillado para introducirse en las viviendas de la gente. ¿Serían la cerveza o el queso lo que los atrajo, o simplemente el deseo de satisfacer alguna oscura curiosidad? Nadie sabía la respuesta a ciencia cierta. Las aldeas pidieron auxilio a lo largo y ancho de todo el Viejo Mundo. Y la llamada obtuvo su respuesta con la llegada de una horda de atléticas mujeres, embutidas en ajustados ropajes de cuero y tachones metálicos y una lunática mirada en sus ojos. Y entonces fue cuando todo comenzó...